lunes, 25 de agosto de 2014

PELIGRO EN CASA


Nos da la sensación de que en casa u hogar, es donde más seguros están. ¡Para nada! Los espacios del hogar están a menudo pensados y diseñados para la comodidad de los adultos y no para la seguridad de esos seres diminutos, extremadamente activos y curiosos que corretean por la casa u hogar.

En todas las estancias son capaces de haber riesgos o peligros, sin embargo la cocina, el baño y la sala de estar se llevan el premio a la peligrosidad.


Resbalones en la ducha o tropezones con juguetes tirados en el piso son parte de los riesgos que acechan en la casa.

A diario ocurren accidentes caseros que pudieron haberse evitado. Algunos son sólo percances, pero otros tienen consecuencias fatales, como el ocurrido en marzo en un edificio de San Miguel cuando una menor cayó desde una ventana del piso 13 mientras jugaba en su dormitorio. Ventanales sin protección, productos químicos tóxicos envasados en botellas de bebida, cuchillos a la vista o enchufes en mal estado son algunos de los potenciales peligros que acechan en la casa.

El cuarto de baño

¡Bien! ¡La hora del baño! El agua está siempre tibia y agradable y ¡hay tantos frascos bonitos! ¿Qué habrá dentro? ¿Qué sabor tendrá? ¿Y qué será esto que se pone tan rojo y emite este calorcito? A la que se despisten, voy a ver si por fin puedo tocarlo todo

La cocina

¡Cuánta actividad! ¿Por qué no me dejarán que les ayude? ¡Me gustan muchí­simo estos utensilios que utilizan para hacer tantas cosas raras! Y con las bolsas de la compra, me harí­a un gorro estupendo ¿Y estos armarios repletos de cosas desconocidas? Algún dí­a tendré que explorarlos, ¿no?

El dormitorio

Si le doy muchas veces a ese botoncito, resulta que hay una luz que se enciende y se apaga contí­nuamente. Genial, ¿no? Lo malo es que está lejos y no alcanzo. ¡Pero hoy he tenido una idea! En cuanto me dejen solo, me voy a levantar y voy a tirar de este cable A lo mejor lo consigo de una vez por todas.


El jardí­n, el garaje y la piscina

Cuando sea muy mayor, muy mayor, nadie podrá impedirme que me coma la hierba, coja esas tenazas y juegue con esos clavitos tan graciosos que parecen hormiguitas

La sala

Aquí­ es donde casi siempre me dejan tranquilo porque charlan, leen y ven la tele Voy a aprovechar la ocasión para subirme a la silla, luego al mueble de la pecera, ver qué tal se divisa todo desde allí­ arriba, e intentar coger ese pececito que siempre me mira ¡Digo yo que querrá ser mi amigo! Luego me acercaré a ver qué demonios hay dentro de esos dos agujeritos de la pared a los que no me dejan ni acercarme

El vestí­bulo, las escaleras y el pasillo

¡Con lo divertido que es subir y bajar escaleras y esconder cosas debajo de la alfombra! ¡Me tienen frito con esa barrera protectora! Aquél dí­a que no estaba bien fija casi lo consigo, sin embargo, qué mala suerte, me pescaron
La zona de juego o diversions o diversiones
¿Dónde está mi tren volador? ¡Ah sí­! Ya lo veo, debajo del escritorio, detrás de ese cable negro tan feo y polvoriento lo mismo lo arranco y lo quito de ahí­ porque no creo que sirva para nada

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