Hoy encontré en esa voz que tan intranquilo deja al corazon, la calma y la esperanza.
Aun cuando la intención no haya sido la que el alma añora.
Engañe el susurro de la conciencia, para que el odio y la desesperanza no causará mayores estragos que los que ya se han cometido.
En ese momento pude escuchar los gritos de un moribundo corazón que en alzaba la voz luchando para que los oídos embriagados por la voz, sedieran a la razón y dejarán de nublar la vista que viajaba a los tiempos añorados.
Suficiente fue un segundo de reflexión para saber que quien causó la él momento efímero fueron las palabras plasmadas por un torpe escrito que lejos de suplicar lástima, revive al expulsar de su mente y alma, la opresión guardada de la verdad.
He aquí una noche más, acompañado de esas voces que aún no deja de retumbar en mi, pero feliz de no ser el engaño que el mismo inventa para sutura las llagas que a dejado el fuego creado por la ignorancia de no saber vivir, pero que se cubre con el trasparente velo del morir.
Se que el frío de este invierno que se encuentra en mi, a creado un icebergs que no pudo ni ese volcán que tanto calor emanaba derretir.
Desde lejos disfruto de mi agonía y aprendo a vivir con ella como sin ti.
Tarde me di cuenta de lo que hoy se dijo, la luz llegó tarde ami, encontré el motivo, supe que era solo el fortalecer la barrera inmensa que se crea ante mi, separando cada segundo el mundo de mi.
Mi amigo la pluma y la tinta que deja salir sin compromiso eso que todo oscurece dentro de mi. Al menos se que escuchaste el silencio y tu corazón regalo un latir para mi
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